Intolerancias y alergias

La «piel sensible» reacciona más rápidamente o con más fuerza que la piel normal,
incluso al mismo agresor y en condiciones similares. Los síntomas incluyen sensaciones desagradables
(tirantez, hormigueo, picor, etc.) y a veces enrojecimiento o sequedad.

Las causas son complejas. La piel es un órgano que realiza diversas funciones y, por tanto, existen varios tipos
de anomalías que pueden causar sensibilidad en la piel: lesiones de la capa córnea que

Incluso cuando la piel es sensible, es posible reducir esta sensibilidad cutánea si se evitan
productos de baja tolerancia y se sustituyen por productos específicos

Para la limpieza, se recomienda el uso de panes dermatológicos o productos limpiadores sin jabón, para
no dañar la piel. En cuanto a los tratamientos, prioriza los productos con un mínimo de ingredientes para limitar
el riesgo de reacción.

A menudo se confunde entre piel sensible, piel intolerante y piel alérgica. Las personas que
se declaran «alérgicas» suelen tener una piel muy sensible o incluso intolerante que reacciona de forma exagerada
a la aplicación de una serie de tratamientos, medicamentos locales o productos dermocosméticos limpiadores y de cuidado.
Una alergia es el resultado de una respuesta inmunológica. Se manifiesta en forma de manchas rojas con pequeñas
vesículas de eccema, picor intenso, hinchazón y supuración, a veces acompañados de un prurito intenso.

Tu médico te aconsejará sobre cómo elegir los productos de limpieza y cuidado de la piel adecuados. Prioriza
productos que no contengan ingredientes irritantes o alérgenos y que tengan un
alta tolerancia confirmada por pruebas clínicas.