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Enrojecimiento difuso: eritrosis facial

¿Te pones «rojo» con facilidad y te da vergüenza? ¿Es difícil deshacerse de las rojeces del rostro? La eritrosis (es decir, el enrojecimiento del rostro pero sin vasos sanguíneos visibles) es la forma más común de rosácea. Céntrate en las causas de esta afección y en los tratamientos más adecuados para tratarla.

¿Qué es la eritrosis?

La eritrosis es la primera fase de la rosácea, una enfermedad cutánea que afecta especialmente a las pieles sensibles e hipersensibles. Para identificar esta afección, se pueden observar varios signos. Al principio, el rostro se enrojece con demasiada frecuencia, experimentando lo que se conoce como ardor. Este enrojecimiento puede ir acompañado de sofocos. Cuando este enrojecimiento difuso (pequeñas manchas rojizas) se vuelve permanente, se conoce como eritrosis facial. Suele aparecer en las mejillas y en las alas de la nariz. 

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Eritrosis facial: las causas de este enrojecimiento permanente

La piel hipersensible y reactiva es, obviamente, el terreno de juego ideal para la eritrosis. Antes de que aparezca el enrojecimiento permanente, la piel sufre sofocos, estallidos repentinos de calor que la enrojecen hasta las orejas. ¿Qué ocurre bajo la piel para que se produzca la eritrosis? Al igual que en el caso de los sofocos, un acontecimiento como un cambio de temperatura o una emoción fuerte hace que los vasos sanguíneos se dilaten. Esta afluencia de sangre provoca la aparición de rojeces en la cara. Pero en lugar de volver a la normalidad, los vasos sanguíneos lamentablemente permanecen dilatados, causando un enrojecimiento permanente. 

Causas

Para que aparezca el enrojecimiento, un acontecimiento concreto debe provocar la dilatación de los vasos sanguíneos. Los desencadenantes más comunes son: 

  • Cambios de temperatura: tanto el calor como el frío pueden afectar al flujo sanguíneo, provocando la aparición de rojeces en el rostro; 
  • Alimentos: los alimentos picantes, ácidos o demasiado calientes, así como las bebidas calientes o alcohólicas, pueden desencadenar el enrojecimiento; 
  • Rayos UV: la exposición prolongada al sol sin protección puede sensibilizar la piel y provocar rojeces, independientemente de la estación del año; 

  • Esfuerzo físico: cuando el cuerpo se calienta, es habitual que el rostro se enrojezca; 
  • Una emoción fuerte: el estrés, la vergüenza o la conmoción son emociones que pueden hacer que las mejillas se pongan rojas. 
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¿Cómo combatir la eritrosis?

Cuando se padece rosácea, y más concretamente eritrosis, ciertos (buenos) hábitos y la aplicación de una rutina de cuidados adaptada pueden calmar y proteger la piel:

  • Protégete de los agresores externos: para no sensibilizar aún más tu piel y evitar los golpes de calor, evita los cambios de temperatura y la exposición al sol sin protección.
  • Ajusta tu dieta: elige platos no demasiado picantes o calientes, para no arriesgarte a que tu piel se caliente.
  • Elige productos dermocosméticos adecuados: las gamas antirojeces contienen los activos necesarios para calmar tu piel de forma duradera y ayudarla a defenderse de las agresiones externas, evitando así el enrojecimiento.
  • Mima tu piel: para evitar la irritación, utiliza movimientos suaves y evita frotar cuando te limpies la piel o te apliques productos en el rostro.
  • Opta por un maquillaje adecuado: el color verde neutraliza las rojeces, así que utilizando un stick corrector verde y una base de maquillaje de alta cobertura, tus rojeces pasarán rápidamente desapercibidas.

También aconsejamos consultar a un dermatólogo para que haga un seguimiento y tratamiento médico, si es necesario. 

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