Eau Thermale Avène responde a tus preguntas
Piel y eczema

Piel y eczema

Eau Thermale Avène responde a tus preguntas

Cuando la piel reacciona de forma exagerada, pica, molesta o duele, ¿cómo se puede calmar? ¿Cómo se puede aliviar la piel? 10 preguntas para la Dra. Ariadna Ortiz-Brugués, dermatóloga y directora médica de la marca Eau Thermale Avène, y Joëlle Nonni, responsable de los talleres educativos de salud cutánea del Centro de Hidroterapia de Avène.

Preguntas

Es la causa más común del eczema atópico, una enfermedad inflamatoria de la piel que suele comenzar en la infancia temprana. Parece que esta dermatitis está asociada a predisposiciones genéticas que afectan a la barrera cutánea. Al ser más permeable, la piel permite que los alérgenos ambientales penetren en el organismo, lo que hace que el sistema inmunitario reaccione de forma exagerada. Pero hay otro tipo de eccema, el eccema de contacto o la dermatitis de contacto, que se produce sin ninguna predisposición genética cuando la piel entra en contacto directo con una determinada sustancia alergénica.

El eccema atópico y el eccema de contacto presentan generalmente los mismos tipos de lesiones cutáneas: enrojecimiento, irritación, piel seca (xerosis), picor intenso y, a veces, supuración. Pero, a diferencia del eccema de contacto, el eccema atópico no está desencadenado por un único factor identificable, sino por diversos factores ambientales y endógenos. Es una afección crónica que aparece por temporadas.

El eczema atópico no conlleva necesariamente que se produzcan alergias, pero suele estar relacionado con un historial alérgico y, por tanto, con un mayor riesgo de alergias alimentarias, rinitis alérgica o conjuntivitis. Por lo tanto, se debe tratar de evitar los ambientes alergénicos (polvo, plumas, pelo de mascotas, etc.).

El tratamiento del eccema está muy establecido y las soluciones terapéuticas varían en función de la gravedad de los síntomas: sequedad, enrojecimiento, picor, descamación, etc. En todos los casos, la aplicación diaria de un emoliente es el primer paso para tratar la dermatitis atópica. Reduce la sequedad intensa de la piel y alivia la sensación de picor. En caso de brote, la prescripción de corticoides tópicos sigue siendo el tratamiento estándar para tratar la inflamación.

El eccema suele estar causado por varios factores, pero la ansiedad y el estrés pueden ser desencadenantes de brotes y picores. Prioriza la actividad física si puedes, la lectura, la música, la respiración abdominal, etc. Practica la relajación y las actividades que más te gusten.

El cuidado diario puede volverse tedioso con el tiempo, sobre todo a medida que el estado de la piel mejora. Sin embargo, es importante perseverar. Mantener la piel hidratada es uno de los métodos más sencillos y eficaces para reforzar la función de barrera protectora y así reducir la sequedad y espaciar los brotes.

A menudo no nos damos cuenta de que nos estamos rascando y es difícil resistirse. Por lo tanto, es importante identificar estos momentos y encontrar alternativas adecuadas. Hay algunos trucos para desviar la atención: mantener las manos ocupadas, rascar un objeto como pelotas pequeñas con textura para los más pequeños, jugar con los dedos, rascar un trozo de velcro cosido en un peluche o las zonas de rascado del pijama. Y para evitar los arañazos, cortar las uñas y usar guantes de algodón o seda (si se toleran) durante la noche también puede ser una solución, y se pueden transformar en marionetas para los niños.

El baño tiene varios beneficios: limpia, relaja y prepara la piel para la aplicación de emolientes. Sin embargo, debes reducir la frecuencia de baño y limitar su duración a un máximo de 10 minutos, ya que el agua dura reseca la piel y, por tanto, favorece la irritación y el picor. Opta por duchas rápidas de 5 minutos cada día. La temperatura del agua no debe superar los 34 °C para evitar que se reactive la inflamación. Sécate dando suaves toques con una toalla para no reavivar la sensación de picor.

El frío puede calmar eficazmente el picor. Puedes utilizar guisantes congelados guardados en una bolsa personalizada, en una bolsa refrigerante o en piedras guardadas en el frigorífico, siempre que no los pongas directamente sobre la piel, especialmente si ya está debilitada. Las aplicaciones diarias de compresas empapadas de agua termal en las zonas que necesitan alivio también son muy eficaces, y una oportunidad para disfrutar de un momento de relajación.

Aplica un bálsamo hidratante antes de acostarte y ten a mano un emoliente y el spray de agua termal. Asegúrate de crear un ambiente relajante, por ejemplo, con una iluminación tenue y música suave. No te tapes demasiado y mantén la habitación a una temperatura de 18 °C.

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